por InfoSaludSantaFe
El linfoma es un cáncer de sangre que se trata actualmente con quimioterapia. En el mundo, investigadores, científicos y médicos evalúan otros tratamientos.
La quimioterapia suele ser el primer tratamiento que intentan los médicos para tratar un linfoma, incluyendo las dos formas más comunes: no Hodgkin y el Hodgkin. Pero se están desarrollando alternativas a la quimioterapia, como los tratamientos de primera línea y las opciones de respaldo, explica el hematólogo oncológico Stephen Ansell de Mayo Clinic en Misesotta.
El linfoma es un cáncer de sangre que comienza cuando un glóbulo blanco que combate los gérmenes llamado linfocito muta y se multiplica rápidamente. Hubo alrededor de medio millón de casos nuevos de linfoma no Hodgkin y 82.409 casos nuevos de linfoma Hodgkin en 2022, lo que los convierte en los 10º y 26º cánceres más comunes a ser diagnosticados ese año, respectivamente, según las últimas estadísticas de Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud.
Los síntomas pueden incluir ganglios linfáticos inflamados, picazón en la piel, sudores nocturnos, fiebre, fatiga persistente, pérdida de peso inexplicable y dificultad para respirar.
El desarrollo de nuevas terapias para mejorar los resultados del linfoma en pacientes es una alta prioridad para el Dr. Ansell.
"Se Trata de mejorar los resultados minimizando los efectos secundarios: utilizando tratamientos que pueden atacar específicamente el cáncer y tener menos impacto en las células sanas y normales del cuerpo", explica el Dr. Ansell. "Hay un elevado porcentaje de pacientes cuyo linfoma está curado. Cuando las personas se curan, pueden tener que lidiar con complicaciones a largo plazo. Nuestra idea es obtener los mejores resultados y minimizar los problemas a largo plazo”.
Los estudios del Dr. Ansell han incluido trabajos como parte del Grupo Terapéutico del Cáncer Temprano de Mayo Clinic. El grupo de investigación terapéutica ofrece a los pacientes cuyos cánceres no han respondido a la quimioterapia la oportunidad de participar en ensayos clínicos en fase temprana de posibles nuevos tratamientos.
Las personas con linfoma pueden recibir solamente la quimioterapia o una combinación de tratamientos quimioterapéuticos y no quimioterapéuticos, dice Ansell. Las opciones no quimioterapéuticas incluyen inmunoterapia, terapia con células CAR-T, terapia dirigida, trasplante de médula ósea y radioterapia, explica:
-La inmunoterapia utiliza el sistema inmunológico del cuerpo para combatir el cáncer, bloqueando la capacidad de las células cancerosas para esconderse de los intentos del cuerpo de atacarlas. Hay varios tipos de inmunoterapia. La investigación del Dr. Ansell contribuyó al tratamiento del linfoma con la terapia de control inmunológico, medicamentos que ayudan al sistema inmunológico a combatir las células cancerosas sin destruir las células sanas.
-En la terapia con células CAR-T, o terapia celular con receptor de antígeno quimérico, algunos de los glóbulos blancos de un paciente, incluidas las células T, se eliminan y tratan en el laboratorio para producir receptores de antígeno quimérico, o CARs, que activan la capacidad de las células T para reconocer y matar las células cancerosas. Las células CAR-T se infunden nuevamente en el paciente. Esta forma de inmunoterapia se considera una de las áreas más prometedoras del tratamiento contra el cáncer. El Dr. Ansell es miembro del Programa de Terapia con Células CAR-T de Mayo Clinic.
-La terapia dirigida utiliza drogas u otras sustancias de manera aislada o combinada para identificar y atacar cambios en las células cancerosas, ofreciendo menos daño a las células sanas. Actualmente, el Dr. Ansell está investigando nuevas combinaciones potenciales de medicamentos y sus efectos secundarios.
-El trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre, infunde células madre formadoras de sangre sanas en el cuerpo para reemplazar la médula ósea que no produce suficientes células sanguíneas sanas.
-La radioterapia utiliza haces de energía de alta potencia, como rayos X y protones, para matar las células cancerosas. Para ciertos tipos de linfoma no Hodgkin, la radioterapia puede ser el único tratamiento necesario, especialmente si el linfoma es de crecimiento lento y se encuentra en solo uno o dos puntos. Más comúnmente, la radiación se usa después de la quimioterapia para matar cualquier célula de linfoma que pueda haber quedado.
Desafortunadamente, no existe una forma conocida de prevenir el linfoma, pero una dieta saludable y el ejercicio son importantes: pueden ayudar a los pacientes a lidiar mejor con los tratamientos contra el cáncer y tener mejores resultados, explica el Dr. Ansell.
(Nota elaborada con información de Mayo Clinic, una organización sin fines de lucro dedicada a innovar la práctica clínica, la educación y la investigación, así como a ofrecer pericia, compasión y respuestas a todos los que necesitan recobrar la salud)